|
Jan van Eden - Bibliografia
Seleccion de
la prensa
2002 Heraldo de
Huesca, 15 de noviembre
Anúncio de la exposición Antologíca en la sala del Diputacion de Huesca.
2002
Heraldo de Huesca, 8 de diciembre
Entrevista por Helena Puertolas.
Motivación del artista, su vínculo con Aragón y la influencia de Antonio Saura.
2002 El Aragones, 1
al 15 de Diciembre 2002
Arte y Cultura
crítico
de arte - J.I. BERNUÉS SANZ/
Huesca
2002 Trebede,
Mensual Aragones de Analisis, Opinion y Cultura
No. 69, noviembre de 2002
Miguel Santolaria, Huesca
2023 Diariodelaltoaragon.com Centro de la Fundacion vanES - Jan van Eden
2024
eldiariodehuesca.com
Javier Garcia Antón
Inauguracion de la Fundacion vanES
Catalogos
2007
Catalogo exposicion UNED, Barbastro
crítico
de arte - Manuel Perez Lizano/ Zaragoza (Marzo 2007)
2007 Catalogo
exposicion Fundacion Alcort - Binefar
Anton Castro (Zaragoza)
2007
Discurso de apertura Fundacion Alcort - Binefar
Francisco Jose Portquet
2009
Catalogo exposicion Calanda - Javier Espada y Alberto Andres
Libros
2002 Huesca
- Antologica 1960 - 2002 - PDF catalogo
Espanol y Ingles
2016 La sensibilidad - black and white 2001-2011 PDF
2022 Activistas - ES.pdf
2022 Anarchists Tribute to -
EN.pdf
2023 catalogo fundacion.pdf
2023
Portada - Jan van Eden obra 1960-2022
ISBN 9788419652171
2009
Texto de introdución
- Javier Espada, Director del CBC
Con Los Olvidados (México, 1950) Buñuel logró crear un nuevo tipo de cine, un
cine que además de contar una historia, denuncia una injusticia. Buñuel ya sabía
que “el cine es un arma maravillosa y peligrosa si la maneja un espíritu libre”.
Con pocos medios, pero con honradez y profesionalidad, logró crear una obra
viva, inscrita por la UNESCO en el Registro de la Memoria del Mundo.
Desde el CBC intentamos mantener vivo el legado cultural y humano de Buñuel, y
aspiramos a difundir su obra con exposiciones, a tributarle un homenaje anual de
celuloide, pero también a algo mucho más complejo y necesario: a mantener vivo
su espíritu. Y es con la intención —heredera de Los Olvidados— de darle voz a
quienes no la tienen, con la que se ha creado está exposición.
Los problemas de Jaibo, Pedro, Ojitos o Meche encuentran en la obra de Buñuel un
ámbito desde el que llegar a conmovernos y removernos las entrañas, para que
seamos capaces de cambiar nosotros y así poder transformar —aunque sea un
poquito— el mundo que nos rodea e intentar que la tragedia no se repita. De
igual manera, con esta exposición, pretendemos transmitir un horror parejo: el
de la tragedia al que ha sido condenado el pueblo palestino, por haber nacido en
su tierra, por ser pobres, por vivir en unas tierras codiciadas por colonos
judíos venidos desde otros países, huyendo algunos del holocausto, para terminar
reproduciendo una situación similar en Palestina, con el exterminio planificado
de palestinos inocentes o resucitando en Gaza la creación de “ghettos”
semejantes a los que fueron confinados los judíos en los países controlados por
el nazismo, con un parejo desprecio por los derechos humanos.
Los cuadros de Jan van Eden nos recuerdan el compromiso de Goya, quien con su
denuncia contenida en Los Desastres de la Guerra abría las puertas a una nueva
concepción del Arte. Las obras de Jan nos cuentan lo que no queremos sentir, lo
que procuramos ignorar para no tener que pensar, para no tener que tomar
partido… cuadros que hay que mirar con sumo cuidado porque manchan.
Buñuel afirmó que “en mis películas nadie es fatalmente malo ni enteramente
bueno”, yo creo que ni los palestinos están fatalmente predestinados a ser
víctimas, ni los habitantes de Israel deban convertirse irremediablemente en
asesinos para construir su país.
El trabajo documental llevado a cabo por Marco Potyomkin y Alberto Andrés
Lacasta en los audiovisuales creados para esta exposición, nos ayuda a
comprender el problema palestino, contribuyendo a contextualizar la obra de Jan
van Eden y tratando de aportar una visión esperanzada.
Sobre su cine escribió Buñuel: “No vivimos en el mejor de los mundos posibles.
Quisiera insistir en realizar filmes que transmitan al espectador, más allá de
entretenerlo, la total certeza de este fallo.” pero además expresó su rechazo al
fanatismo: “No me gustan los poseedores de la verdad, quienesquiera que sean. Me
aburren y me dan miedo. Yo soy antifanático (fanáticamente)” idea y actitud que
comparto plenamente.
Javier Espada, Director del CBC
Texto en el catalogo
- J. Alberto Andrés Lacasta
El 11 de Octubre de 1917 las tropas británicas entran en Palestina
finalizando un largo período de opresión de las grandes fortunas otomanas; un
nuevo período de vaga esperanza parecía abrirse a los habitantes de aquellas
tierras. El espejismo sólo duró hasta principios del mes de Diciembre, el tiempo
que tardó Sir Balfour en enviar una carta al banquero Rothschild de parte de Su
Majestad, reconociendo las aspiraciones judeo sionistas proclamadas en 1896 por
Theodor Hertzel en su libro Judenstaat sobre la tierra de los palestinos.
Noventa y dos años más tarde, casi coincidiendo con las mismas fechas de la
declaración Balfour, el ejército del Estado de Israel lanza un despiadado ataque
sobre la franja de Gaza: el resultado ha sido de 1.455 muertos (casi quinientos
de ellos niños/as), 5.350 heridos (4.400 de ellos incapacitados de por vida),
2400 casas destruidas y más de un millón de toneladas de explosivo lanzadas
sobre el pueblo palestino, es decir, cinco kilos de explosivo por cada metro
cuadrado de los 360 kilómetros cuadrados que forman la franja. Veintidós días de
sangre y fuego no dejan de ser un episodio más en la triste historia de un
conflicto que puede convertirse en centenario. Un conflicto concentrado en un
pequeño espacio de tierra sometido, por un lado, a un brutal bloqueo militar que
ha convertido la franja de Gaza en un ingente campo de concentración a cielo
abierto, así como Cisjordania, por otro, en un archipiélago de pequeños espacios
confinados y maquiavélicamente asediados, donde los palestinos escasamente
pueden desarrollar los actos más básicos para su supervivencia cotidiana.
Evidentemente en estos noventa y dos años, este tipo de actos y situaciones no
han sido únicas. La luctuosa historia del asedio y ocupación de Palestina empezó
a escribirse en letra mayúscula finalizado el citado mandato británico sobre
este territorio, cuando después de varios años de revueltas, ocupaciones,
subdivisiones territoriales e insurrecciones, la brecha entre los judíos colonos
y los palestinos resultaba insostenible. El 29 de Noviembre de 1947 Naciones
Unidas vota a favor del reparto del territorio Palestino en dos estados, pero el
15 de Mayo de 1948 el Consejo Nacional Judío en Tel Aviv proclama
unilateralmente la formación e independencia del Estado judío de Israel sobre la
tierra Palestina, siendo inmediatamente reconocido tal acuerdo por el presidente
Truman (hecho este denominado por los palestinos como Al Nakba –el desastre-).
Esta situación recrudecía la guerra declarada en 1947. En Octubre de este año,
con la guerra arabe-israelí decantada a favor de los sionistas, y al calor de la
enorme conmoción que supuso la matanza de civiles palestinos en Deir Yasin, daba
comienzo la operación Hiram que suponía la expulsión definitva de más de un
millón de palestinos de sus hogares. Ciudadanos/as que jamás han podido volver a
su lugar de origen y que en la actualidad suman casi cinco millones de
refugiados repartidos entre Palestina (Gaza y Cisjordania) y los países del
entorno (Siria, Jordania, Líbano) en 59 campos de refugiados. Se iniciaba así el
asentamiento definitivo de un modelo de ocupación progresiva y defenestración de
los derechos fundamentales de los palestinos que no ha parado hasta nuestros
días. El conflicto ha presentado momentos realmente significativos y
transcendentales hasta ahora, que dentro de una línea de violencia continua, en
escasas ocasiones han supuesto tímidos y decepcionantes momentos de
acercamiento, (Guerra de los seis días, la matanza de de Septiembre Negro en
1970 y la guerra de 1973, la guerra del Líbano y la caída de la OLP en 1982, la
declaración de la primera Intifada entre 1987 y 1992, Conferencia de Madrid
-1991- y los Acuerdos de Oslo -1993-, Camp David y las conversaciones de Taba,
los atentados de Nueva York, la Segunda Intifada -2001-, el triunfo de Hamas en
las elecciones palestinas de 2006, la guerra del Líbano del mismo año, el sitio
de Gaza, la masacre de Gaza 2009…). En definitiva, y a pesar de los esfuerzos
llevados a cabo, al hecho que venimos asistiendo es el de un desigual conflicto
sumido en una inercia de alienación y desprecio sobre el que cada día observamos
y vivimos una actuación más indigna que la del día anterior; donde los mitos de
tierra, historia, agua, religión, diáspora etc. continuamente aparecen como
elementos propagandísticos que no han hecho más que acrecentar esta vorágine de
desprecio a la condición humana, con la triste aquiescencia y beneplácito de
buena parte del resto del mundo que come manjar mientras escucha breves noticias
de televisión como sordina; donde un muro de 750 kilómetros aísla y estabula a
unos/as ciudadanos/as de otros en tierra que no es propia de frontera, sino que
es tierra para cultivar olivos, cítricos y paz; donde más de 400.000 colonos
judíos han decidido irse de su casa y vivir en un espacio usurpado y con unos
recursos que nunca les ha pertenecido, sin que el remordimiento parezca que les
haga reflexionar ni sufrir; donde el derecho internacional y las resoluciones de
la ONU no son más que papel emborronado e inútil ni siquiera considerado como
elemento de segundo uso; donde cientos de check points militares condicionan la
vida de miles de personas induciendo una pobreza que no es natural ni propia de
la tierra donde viven, alimentando una longeva, sorda, progresiva y cansina
crisis humanitaria que ya no inmuta; donde el derecho al alimento, la educación,
la sanidad, la vivienda están a merced de unos bullodozers de ojos rojos llenos
de ira que no conocen del amor, de las flores, de Darwix, del dolor, del
falafel…; donde los/as militantes de la paz, del arte, de la poesía, del cine,
de la justicia y de la verdad con mayúsculas viven cautivos de sus ideas,
ninguneados y amenazados, deportados, huídos… siempre dignos…
Desde esta terrible atalaya sólo queda espacio para la palabra, para la
investigación, para el arte, para la imaginación, para la esperanza, para el
trabajo conjunto, para volver la vista al sitio del que nunca debió de dejar de
mirar, para unir fuerzas.
En 1948 Roberto Rossellini rueda en el maltrecho Berlín, finalizada la guerra
“Alemania Año 0”, una historia de cruel supervivencia, pero también de
esperanza; “Palestina año 0” es una película por rodar, donde la
sobreexplotación y la perversión que guían los pasos del personaje Edmund en el
film de Rossellini, serán una historia ya contada y ya vivida durante los largos
años de la ocupación; la nuestra será una historia de futuro, será un
reencuentro con el ser humano por fin, será un relato de justicia, de retorno,
de convivencia y de dignidad.
¡Quedamos todos/as invitados a participar en este proyecto!
J. Alberto Andrés Lacasta
|